Al comprobarse la inminencia del ataque norteamericano al Irak de Sadam Hussein, la joven cineasta egipcio-norteamericana Jehane Noujaim arregló con la cadena árabe de noticias Al Jazeera para realizar un reportaje sobre los preparativos de la cobertura y, eventualmente, para mostrar a los periodistas islámicos en acción. En el otro lado de la historia estaban los periodistas militares norteamericanos organizados en el Centro de Comunicaciones (“CentCom”) y las grandes cadenas como Fox, BBC, CNN, etc. La guerra que se avecinaba no era exclusiva de tanques y ejércitos. El periodismo y una de sus peores consecuencias, la propaganda, saldrían a combatir en presencia de una enorme opinión pública mundial a la que había que convencer, por lado norteamericano, de presuntas razones justas para invadir Irak. Apenas iniciada la invasión, el gobierno norteamericano no tardó en acusar a la cadena árabe de parcial y comprometida debido a la exposición de escenas de la guerra que involucraban a civiles, en particular niños y mujeres, y prisioneros. La intención norteamericana siempre fue que los media debían seguir al pie de la letra sus informaciones y puntos de vista y aquello que se alejara de tal óptica era simple y llanamente el enemigo. El documental aborda el tema sin retaceos, muestra las discusiones entre periodistas árabes y militares americanos y permite que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones. Pero la pobreza de argumentos norteamericana es tal que “Control Room” termina siendo sublevante y deja muy en claro cual es la real situación que se vive en Irak. En síntesis, “Control Room” es de visión obligatoria para todos aquellos interesados en el periodismo y en el tema del muy difícil manejo de las opciones personales cuando se desata un conflicto en que, repetimos, colisionan puntos de vista tan divergentes como los occidentales-norteamericanos y los árabe-islámicos.
miércoles, 23 de enero de 2008
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