jueves, 3 de enero de 2008

Opus Dei, una cruzada silenciosa.

Un viaje inédito al mundo del fundamentalismo cristiano, en donde la voluntad de poner “la cruz en medio del mundo” lleva la pérdida definitiva de la frontera entre el ámbito religioso y temporal.

En el 2001, Marcela Said sorprendió a todos con su documental “I love Pinochet”, en el cual mostraba las impresiones de los principales partidarios del régimen de Pinochet. Ahora vuelve a sorprendernos con su nuevo documental “Opus Dei, una cruzada silenciosa”, que en 52 minutos logra resumir la esencia de una de las organizaciones más influyentes y secretas de la Iglesia Católica, cuyo pensamiento aún es un misterio.

Opus Dei es un viaje inédito al mundo del fundamentalismo cristiano, en donde la voluntad de poner “la cruz en medio del mundo” lleva la pérdida definitiva de la frontera entre el ámbito religioso y temporal. La posibilidad que un miembro del Opus Dei, heredero del “pinochetismo” haya sido candidato a la presidencia en Chile (Joaquín Lavín), lleva a los realizadores a preguntarse sobre las aspiraciones políticas e ideológicas de esta organización que se define a si misma como “el brazo armado de la iglesia católica”.

El postulado público del Opus es extremadamente simple: “Santificar el trabajo, santificarse a través del trabajo, y santificar a los demás a través del trabajo bien hecho”. Es tal vez en esta simplicidad donde radica su mayor fuerza. En esta sociedad perfecta, limpia, ordenada, estamentada, “de buen gusto”, donde los roles están claros (sobre todo el femenino), la vida pareciera ser más fácil ¿Dónde quedan los matices y dualidades que constituyen a todo ser humano?

Desde la escuela de hotelería en donde educan la consciencia de las empleadas del hogar, hasta las grandes escuelas de comercio en donde se forman los futuros dirigentes europeos, la película revela un mecanismo eficaz de lucha y conquista del poder. De la luz a la oscuridad, de los grandes espacios a la claustrofobia de un sistema cerrado desde adentro; la imagen nos conduce de este sueño “del mejor de los mundos” a las aberraciones de una dictadura espiritual y social.

Con apenas un año después de su filmación, el documental ha sido exhibido en diversos festivales de Europa. Resultó ganador del premio Pedro Sienna del presente año, como mejor mediometraje documental.